martes, 30 de julio de 2013

Recalculando

Ya hasta ni me doy cuenta de que he vuelto. Mi mundo es tan fusión que me da igual si estoy aquí o allí o viceversa, pues todo depende de la perspectiva. Regresé ayer en un vuelo raro, pues me adelantaron la vuelta sin yo esperármelo. Reservé en enero el vuelo de las cinco y media de la tarde y el día de antes, cuando me mandan el correo para hacer el embarque online, veo que me han puesto en el vuelo de las doce del mediodía. Pero también me doy cuenta de que me meten a clase "importante", pues volaba en una línea que ya no te da ni agua si no la pagas. Nos pusieron en ambos vuelos en las filas donde te dan de comer y beber y te tratan como alguien importante. Normalmente soy yo la que mira detrás de esa línea que dice "hasta aquí damos de comer", y esta vez nosotras cerrábamos esa fila. 

Eso no quitó que luego tuviésemos dos horas de retraso en la escala. El piloto nos explicó después que era debido a tormentas en Mánchester. Sigo sin entender por qué, si vuelo de Madrid a Hamburgo con escala en Bruselas, me afecta que caigan chuzos de punta en Mánchester. Pero en el mundo de hoy afecta. Seguro que ni el piloto sabía hasta ese mismo día u horas antes adónde iba a volar. Por eso digo que da igual estar aquí o allí. Mánchester, o la ciudad que sea, te la juega. O la línea aérea cambiándote el horario porque sí. O la lluvia cuando en tu primer día tras las vacaciones te vas a coger fresas al campo. El año pasado nos gustó tanto la experiencia que queríamos repetir y como la temporada de fresas está terminando o lo hacíamos ya o este año se nos pasaba. Lucía el sol, pero ha sido ir acercándonos al campo de fresas cuando han empezado a caer gotas. Como estamos curadas de lluvia, hemos cogido fresas tal cual, empapándonos, y hasta nos hemos reído de una familia toda tatuada que ha parado de recogerlas y se han puesto bajo unos árboles a la espera de que parase la intensa lluvia, mientras que nosotras no nos hemos dejado impresionar por un buen chaparrón. 

El chico que nos ha pesado los dos kilos y medio que hemos cogido, y eso que nos advirtió de que no quedaban ya apenas, nos preguntó que cómo se nos había ocurrido coger fresas con ese tiempo, pues en las últimas semanas había hecho bueno. Y le explicamos que volvimos ayer de España y que era vital para nosotras hacerlo hoy.

Como comernos la salchicha al curry correspondiente. Cuando regreso, para reubicarme, me como siempre una. Es como cuando llego a España que tengo que desayunar el primer día churros. Es una manera de poner orden en el caos espacial que siempre me organizo, una y otra vez, como si no aprendiese. Y un lápsus del túnel del tiempo fue que ayer me vendieron en Barajas el número de mi revista favorita alemana que no ha salido todavía aquí (o allí). Me di cuenta tras haberla leido, aunque si la compré allí fue para no perderme el número que me faltaba antes de que salga este miércoles el nuevo. La leo, y no es hasta el final cuando me doy cuenta que era la que todavía no se ha publicado en Alemania y que sale mañana. Así que los alemanes en España leen la revista antes de que sea real para Alemania. Por eso, al llegar al aeropuerto de Hamburgo me compré el número anterior, que en Alemania todavía está vigente, para reubicarme yo. Si se han perdido con todo esto les digo que yo no, que aquí estoy de vuelta y que como dije al principio me da igual que aquí sea aquí. 


2 comentarios:

  1. No me he perdido para nada.
    Eres una mujer "todoterreno" está bien claro.
    Disfrutas el momento de cada situación y compartiendolo tú, lo disfrutamos nosotros también contigo. Dan ganas de escribir.....!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Julia, me alegra verte aquí. Es que mi mente va a veces más rápido de lo que puedo explicar, y hasta yo me pierdo. Pero mientras me sigáis no voy mal. Gracias por comentar.

      Eliminar