jueves, 4 de diciembre de 2014

Más que valentía

Hay películas muy valientes que muestran además lugares y situaciones de vida muy diferentes a las nuestras y que no nos podemos ni imaginar por desconocidas. El otro día vi "Wadjda", la película hecha por una mujer saudí, la primera de marca femenina de ese país, o mejor dicho, la primera película de por sí. Había leido en la sinopsis que va de una niña cuyo mayor deseo es tener una bicicleta, siendo éste un imposible para las niñas, por ser un objeto destinado sólo a los varones.

Pero no me imaginaba que la película tenía muchísimo más. Presenta un retrato, supongo que bastante fiel, de la Arabia Saudí actual. Me gusta mucho el personaje de la madre: una mujer moderna, que trabaja, y que es parte de un mundo en el que las mujeres sólo se muestran sin velo en su hogar, donde visten de manera occidental y muy femenina. Cruel es la amenaza durante toda la película de que el marido se case con otra porque ella no le da un hijo varón, y sus elucubraciones, junto con su hija, para mantenerlo a su lado comprando tal o cual vestido seductor. 

Wadjda se apunta al grupo de estudios del Corán del colegio porque quiere ganar el primer premio de un concurso, dinero con el cual podría comprarse la bicicleta. Consigue ganarlo opero la lía cuando en el mismo escenario le preguntan que qué va a hacer con el dinero. Ella anuncia que comprarse una bici, y la profesora que tanto la había alabado al ganar, le dice que se avergüence, que ese premio ha de donarlo a Palestina. 

No me gusta reventar películas pero lo voy a hacer porque la película merece que los que no la vean sepan el desenlace. Wadjda vuelve a su casa muy enfadada y aunque su madre la regaña por haber dicho al comité del concurso de versos en qué invertiría el premio, ella misma le da la bici soñada mientras enfrente el marido celebra en casa de la suegra su boda con otra. El dinero del vestido rojo que se quería comprar para estar guapa para él lo invierte en concederle a su hija su mayor deseo y este final deja a las dos con la esperanza de que juntas tienen que seguir y dejan al espectador con algo de esperanza tras haber visto poca durante la película.

Es un milagro que esta película se rodase, pues en Arabia Saudí no hay cines, ni tampoco películas, y menos mujeres directoras de cine. La película es muy crítica con el trato que se les da a las mujeres, que viven prisioneras entre tantas normas. No pueden salir solas a la calle, y si les falla el chófer que las lleva en una especie de taxi colectivo, no pueden ni ir a trabajar.

Wadjda consigue su bici, y pierde a su padre, pero gana su madre, que aunque resignada a su sino porque no le queda otra, con este gesto rebelde demuestra que las mujeres en esas sociedades están vivas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario