sábado, 1 de marzo de 2014

Vacaciones en Carabanchel

Llevo unos días de vacaciones con poca wifi y muchas ganas de descansar. Es un buen invento alemán el tener vacaciones a mitad de curso y hay veces que vienen muy bien. No somos las únicas que pasan las vacaciones en Carabanchel. En nuestro vuelo venía otra chica que conozco de Hamburgo con su familia a lo mismo.

Madrid se está portando de maravilla con el tiempo, aunque parece que hemos traido el sol nosotras, dicen. Hace un cielo azul tan espectacular que cuando lo miro sé por qué siempre pienso que el azul del cielo en Alemania está desteñido. Aquel es azul, pero tenue, flojito, y no tan cargado de color como el de aquí. 

He tenido que renovarme el carné de identidad y pienso que por mucho que digan muchas cosas funcionan muy bien aquí. Fui con hora, no me costó nada y me lo llevé en el acto. Ser alemana es más caro, ahora lo sé, y el carné tardaron días en dármelo. 

Sigue triste Madrid. El caso es que la gente gasta, come y va al cine, pero se ven muchos negocios de toda la vida cerrados. Me costó horrores encontrar un lugar para hacerme las fotos para el carné. Y el tinte de toda la vida del barrio ha desaparecido. Curiosamente el puticlub ahí sigue, año tras año,  campeando el temporal como si no fuera con él la cosa.  

En el metro pide cada vez más gente, y de todas las edades. Se ven más mendigos que nunca, y más necesidad. He visto a muchas personas rebuscar en la basura. Es deprimente la situación. Pasarán años hasta volver a muchos de los logros del pasado. Y sigo diciendo que los que han vivido por encima de sus posibildades han sido todos los que han robado y no el resto. Los demás trabajan más que nunca por menos que antes.



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