Sin embargo miro anonadada estos días en España los anuncios que echan por televisión a la hora de comer, todo alrededor del sexo: que si algo para la disfunción eréctil, pomadas vaginales, algún "aditivo", y algunos de ellos con imágenes muy cargaditas.
Mis hijas me miran y sonríen pero yo pienso en que esos anuncios los ven niños más pequeños aún. Los primeros días disculpé todo pensando que los niños españoles están a esa hora en el colegio pero el domingo los pusieron igualmente, a horas en las que millones de familias españolad están comiendo con la tele puesta, costumbre muy española.
No me parece apropiada la franja de horario para esos anuncios, y me sorprende en España los contrastes que hay entre tanto renacer de la peor cara del catolicismo ultra y luego la poca importancia que se le da a asuntos más banales pero que también la tienen. En Alemania, país en el que la religión no tiene para nada la fuerza de aquí, jamás se verían esos anuncios a la mitad del día.
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