domingo, 4 de mayo de 2014

¿Cómo???

Acabo de mandar un correo para quejarme por una cosa que me ocurrió el viernes. No sé si servirá de algo pero al menos me he quedado a gusto. El viernes entro en un café con mi hija al mediodía. Estábamos haciendo tiempo y queríamos tomar un cafelito rápidamente e ir al excusado. Nos sentamos, pero como nadie venía a tomarnos nota, me dirigí a uno de los camareros. Le dije que me trajera un café y un zumo, y me dice que no servían ya más. Le dije que "¿cómo?" y me lo vuelve a repetir, explicándome que habían tenido mucho trabajo con los desayunos y que tenían que recoger primero. Le dije que era un café solo, y me dijo que no, así que nos fuimos, eso sí, pasando antes por el baño. 

Como las estupideces no ocurren solas, el día antes en el avión de regreso a Hamburgo, como íbamos en una línea en la que no dan ni agua, saqué unos panchitos que llevábamos. Me acababa de meter un puñadito en la boca cuando vino una señora escopetada, de aspecto italiano, y me dijo en inglés que por favor dejásemos de comerlos porque su hijo tenía alergía. La miré estupefacta y sin inmutarme le dije que si también le daba alergía a través del aire y me dijo que sí. Como no quería liarla a miles de metros de altura, guardamos el arma letal pero ella salió corriendo y le pidió a una azafata que dieran un aviso, que siguió a continuación por la megafonía del avión: "estimados pasajeros, debido a que un pasajero tiene alergia a los panchitos, les rogamos se abstengan de comerlos en este vuelo". Y estaba sentada cuatro filas atrás en el lado opuesto, por eso lo vio. Supongo que si no me hubiese visto, el hijo hubiese muerto en silencio, ¿no? Volar para ver. Lo loca que está la gente, y la bola que les damos todos. Me preocupa el mundo, verdaderamente. 


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