jueves, 30 de abril de 2015

No es la fama lo que cuesta

Ay, educar, qué difícil es. Y cuánta responsabilidad. La vida nos presta a nuestros hijos durante su infancia y adolescencia para que los acompañemos hasta que estén preparados para eso tan difícil que es defenderse en la vida. De nosotros, padres y madres, depende mucho de su preparación para afrontar la vida y de cómo hacerlo. Mis hijas cada vez vuelan más, y si bien me quedan unos años, soy muy consciente de lo maravilloso que es que todavía sean solo mías. En unos años se pertenecerán a sí mismas.

Esta semana de cuatro días una ha estado de viaje con la clase y hoy ha vuelto. A mí, con cada vivencia de mis hijas, me parece que crecen en todos los sentidos. Pero vuelven y hay que seguir trabajando en el futuro, sin dar tregua. Y hoy, cuando les he dado un par de "instrucciones" me han dicho socarronamente y con una gran sonrisa que yo tenía que haber leído la letra pequeña... y que fue mi idea que vinieran al mundo. Ante tales ocurrencias no puede una madre más que reírse.

La letra pequeña, cierto. Es tan pequeña que necesitamos lupa para leerla o incluso ni la vemos y tenemos que adivinarla. No hay más que oír las historias que me cuentan mis hijas de otros niños de su clase como para saber que cada uno hace lo que puede. Una niña de la clase de mi hija llegó hasta la final de la versión alemana de La Voz infantil, que fue hace una semana. Se quedó la segunda, pero ahí estaba el lunes con su maleta preparada para el viaje, como otro crío más, pero con la fama acuestas. Al final la rutina nos iguala a todos, el corre corre diario, las facturas, o salir adelante con nuestros hijos. Seamos conscientes de que todo es efímero y que hay que aprovechar cada momento con ellos.







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