Me emocioné al oír a la orquesta dirigida por Daniel Barenboim tocar "La canción de la alegría" mientras volaban los globos. Y se me pusieron los pelos como escarpias al pensar que para el 50 aniversario tendré 70 años. No es que en ese momento fuese importante, pero debí pensar cuando llegué a Alemania con 20 años que al cumplirse el 25 aniversario de la desaparición de la frontera entre las dos Alemanias tendría 45 años, pero no me lo planteé. ¡Las bondades de la juventud! No nos imaginamos que el tiempo es tan breve y se lleva todo por delante. Hasta el Muro.
Han sido unos días para recordar lo que ocurrió ese 9 de noviembre de 1989 y los días de antes y después. No todo ha salido bien tras la caída del Muro, pero si algún país es capaz de organizar un tinglado asi de unir dos países, ése es Alemania, para bien y para mal. El resultado es muy vistoso y los alemanes lo han (o hemos) celebrado estos días con orgullo. No es para menos. Y si encima ha sido con globos biodegradables que, además, al volar dejaban de gastar luz, mejor aún.
Han sido unos días para recordar lo que ocurrió ese 9 de noviembre de 1989 y los días de antes y después. No todo ha salido bien tras la caída del Muro, pero si algún país es capaz de organizar un tinglado asi de unir dos países, ése es Alemania, para bien y para mal. El resultado es muy vistoso y los alemanes lo han (o hemos) celebrado estos días con orgullo. No es para menos. Y si encima ha sido con globos biodegradables que, además, al volar dejaban de gastar luz, mejor aún.
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