viernes, 2 de octubre de 2015

Seguimos

Que vida esta la que llevamos en la que apenas nos queda tiempo para vivir. Yo me sorprendo de que las semanas nos consuman así, y el paso del tiempo engorde a nuestra costa. Y como me dijeron hace poco citando a Les Luthiers, nos pongamos como nos pongamos, de esta no vamos a salir con vida.

A 2 de octubre queda el verano ya atrás y en Hamburgo tenemos unos días tan soleados que parece que el clima quisiera compensar un poco lo mucho que nos ha fastidiado en verano.

No obstante, como aquí nadie se fía, los alemanes han vuelto a las clases de español y yo hago lo que puedo para mandarlos preparaditos y se puedan pedir la sangría y la paella como dios manda. Fácil no es, lo aseguro, y más cuando algunos alumnos parecen venir a clase a liarla. Como tras los años que llevo en esto con verlos ya los tengo calados, trato de ponerlos firmes yo antes de que ellos lo intenten conmigo. Me ha costado, lo reconozco. Pero que sobreviva el más fuerte. Es curioso como algunos se creen que una clase en grupo está para sus deseos personales, sin importarles el resto. Otros, por el contrario, son comedidos, y se adaptan a lo que les echen y no imponen nada y disfrutan. Y esa es la actitud correcta. Aprender una lengua requiere humor y reírse de los propios errores. Hace poco en clase alguien, cuando pregunté por la palabra "huevos" alguien dijo que se llaman "cataplines". Lo que me reí... Es lo malo de usar el diccionario... Hay que saber elegir la acepción correcta. Y en eso estamos y seguiremos. 




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