lunes, 12 de octubre de 2015

Una de Alemania

Todos tenemos asuntos que nos ocupan la mente y nos aislan unos días de otros asuntos que en otros momentos captan toda nuestra atención y así sucesivamente. Yo he tenido durante semanas un (casi)monotema y ahora, viéndolo en el pasado, me parece que no tenía más importancia que otros aunque me haya puesto algo alterada. No es que comprarse un coche sea un trauma, pero aseguro que en Alemania es más fácil parir un hijo y registrarlo que comprarse un coche e ídem. En un país en el que a 1 de enero de este año había 62,4 millones de vehículos registrados, éstos son las vacas sagradas de las calles. Todo está organizadísimo y controladísimo. Para registrar un coche tienes que llevar infinidad de papeles y ante todo demostrar que tu coche no es "huérfano" de nada, y lo más irreal es que en caso de que des de alta el tuyo o cambies las matrículas tienes que ir con las placas bajo del brazo para que, allí mismo, en la oficina de tráfico una maquinita que hay destinada para ello, les quite su valor al borrarles los datos haciéndolas inservibles.

De la misma manera Alemania fue capaz hace ya 25 años y una semana de pasar de ser un país a unirse con otro y hacerlo uno en cuanto a leyes y asuntos de toda índole, parque de vehículos incluido. Es un país curioso este, lleno de leyes y normas extrañas en muchos casos, pero tampoco diría que en otros sitios se hagan las cosas mucho mejor. Aquí te sientes pequeñísimo frente a la vida tan organizada y la gente crece con el chip de la organización en el ADN. También se hacen chapuzas, y gordísimas cuando se ponen, como muestra el escándalo actual con los motores diésel de los Volkswagen. Pero aquí en general el que la hace la paga y el consumidor tiene más posibilidades de que le tomen en serio que en otros países. Y el que cae en desgracia difícilmente puede sacudirse la mala imagen. Ahora andan detrás de la ministra de Defensa, Ursula von der Leyen, que no solamente podría haber plagiado partes de su doctorado, sino que además parece haber mentido al poner en su currículo que hizo cursos en Standford, ya que, como ha confirmado la propia universidad, jamás ha estado registrada en curso alguno. Y la postulaban como posible sucesora de Merkel. Pero todavía me sorprende que éste sea el tipo de "corrupción" que tenemos aquí, y no digo que no la haya a otros niveles en cuanto a dinero, pero es que esos, si los pillan la cagan de verdad. Honeß, el expresidente del Bayern, está ahora mismo en la cárcel por evasión fiscal de millones. Urdargarín sigue suelto, y Rato todavía anda "demostrando". 


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