miércoles, 21 de enero de 2015

De pedagogía

Cuantas más clases llevo dadas, y ya son unas cuantas..., más experiencias sumo y más rápido visualizo qué tipo de alumno tengo delante de mí. Un profesor de lenguas se vuelve psicólogo, y bastan dos clases para saber por dónde te van a salir los alumnos, para bien o para mal.

En la enseñanza de adultos, no hay dos grupos iguales, y la dinámica de cada uno es muy diferente, No obstante hay tipos de alumnos que se repiten en casi todos los grupos, aunque no siempre en todos y cada uno de ellos. 

Personajes típicos en las clases más son los siguientes:

- Los que vienen pensando que aprender un idioma es como ir a clase de tenis, o de pintura. Se trata de hacer algo, y ahora toca español en mi vida. Suelen estrellarse, pues verdaderamente no saben lo que significa aprender una lengua: el trabajo constante, se actores y meterse en otro papel, ver el mundo desde otra perspectiva. Lo dejarán muy rápido y a continuación se apuntarán a yoga o a lo que toque entonces.
- Los que vienen porque ellas vienen. Se trata de esa legión de maridos o novios que se apuntan porque ellas deciden que hay que aprender español. Ellas, normalmente más aplicadas, les harán sombra, y ellos terminarán por tirar la toalla porque no vinieron por interés propio sino porque era "fuerza mayor".
- Los que vienen a demostrar lo mucho que saben de todo, no sólo de lenguas. Esos discutirán al profesor todo, y darán lecciones a la clase en cuanto piensan que pueden lucirse, y les da igual que el profesor les diga que están equivocados, y que eso no es así. Una alumna hace poco me discutió durante 10 minutos que se ha de poder decir "estoy estando". Es que tiene que poder decirse, argumentaba.
- Los que no pueden lucirse pero quieren "entender" todo. Te dirán que no entienden por qué se dice "yo soy, tú eres, él es..." y que tampoco comprenden por qué la be y la uve se pronuncian igual. No hay nada que entender, queridos, es cuestión de dejarse llevar por la nueva lengua y no aferrarse a la propia. Y empezad a estudiar verbos o todo lo que no "comprendéis".
- Los super-aplicados que se pasan con el uso del diccionario. Traducirán todo literalmente de su lengua y te dirán cosas como que "he celebrado la Navidad en el seno de la familia". Suena muy bonito, la verdad, pero así nadie habla. Te harán frases retorcidas difíciles de entender y complicadas y cuando les corriges te miran mal pues les estás destrozando su estilo tan bonito. 
- Los tímidos, que vienen a clase porque quieren estar, pero "a ser posible no quiero abrir la boca, ignórame, déjame solo en mi aprendizaje". No lo dicen pero se lee ese mensaje como si se tratase un bocadillo sobre la figura de un cómic.
- Los encantadores. Son el grupo ideal. No se toman nada a mal. Siempre están contentos y si hacen errores se regañan a sí mismos y se corrigen sin rechistar. No faltan a ninguna clase salvo si es absolutamente necesario. Son los que alegran cada curso y hacen que no te tomes en serio a todos los anteriores.
- Los "sobrevoladores", como se les llama en alemán. Estos tienen un nivel más alto que el resto, y para suerte del profesor, son modestos y no dan lecciones a nadie. Demuestran que saber mucho no equivale a arrogancia sino a más ganas de aprender. Aceptan la ayuda en todo momento, y aprenden en silencio respetando a todos, siendo además un buen ejemplo y motivación para el resto.

De todos se aprende.


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