miércoles, 2 de diciembre de 2015

A tomar por saco...

... las Olimpiadas. El domingo hubo en Hamburgo un referéndum para votar si los hamburgueses apoyaban una candidatura olímpica para el 2024. Yo voté por correo un par de semanas antes, con un "no" claro. No tuve que pensar mucho y marqué mi "no" con la alegría de que al menos aquí nos pregunten, y no como en Madrid, donde se tiraron millones en tres candidaduras olímpicas, y en la segunda además se hizo ese ridículo tan espantoso.

Y salió el no, por un 51,6 % de los votos, y un 48,4 % votó a favor. Yo sabía que iba a ganar el no. Aquí dio la cara el alcalde de Hamburgo semanas antes y presentó las cifras de los miles de millones que costaría el evento, los millones que cubriría el estado, y los muchísimos que quedarían por financiar, es decir, por mí y el resto de los contribuyentes. Los hamburgueses son comerciantes de toda la vida, y las cifras y las cuentas son algo muy importante. No sirven castillos en el aire de que si todas estas inversiones serían fructíferas para la ciudad, blabla. En Hamburgo la gente es realista, y tras conocerse la victoria del "no", me hicieron gracia las voces en las redes sociales que decían que qué maravilla que ahora tendríamos todos esos millones que "automáticamente" estarían destinados a las elecciones para otras cosas: escuelas, infraestructura para la ciudad, tapar agujeros en el asfalto, y muchas otras cosas más. Pero claro, ahora no se invertirá, claro, porque no es lo mismo.

Supe de los resultados recién regresé de Bruselas, con el espanto que me produjo ver coches militares por las calles, y soldados con metralletas por todos lados. Teniendo el mundo que nos hemos ganado a pulso, me temo que cada vez va a ser más difícil organizar eventos multitudinarios, por lo que supondrá tomar las medidas de seguridad pertinentes. Que se lleven las olimpiadas a otro lugar, que aquí no estamos tristes. Yo desde luego me sentí aliviada, y por suerte una mayoría también. Ya no se habla más del tema. Eso es algo que me gusta aquí, el pragmatismo de la gente. Algún que otro periódico que ha hecho campaña por el sí, nos quería meter mala conciendia el lunes, con el dedo levantado, como si Hamburgo fuese a perder tantas cosas. Yo no me lo creo. Esos millones no los emplearán para lo haría falta de verdad, pero al menos no nos engañan.

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