Pero volviendo a la comida rápida, en Bélgica he llegado a esperar media hora por unas patatas fritas. Yo y otros muchos más, y con hambre y a las tantas de la noche. Tienen una cierta parsimonia al hacer las cosas que si vienes de territorios más "nerviosos" como Alemania o España, acabarás por perder la paciencia y ya de paso pedirte algo lento de verdad y con servilleta y mantel.
Y así es de entender que a veces, bajo comida rápida sirvan pescado recién hecho von copas de cristal de vino, o crepes hechos uno a uno sin importar la cola y que haya dos fogones y no uno. Para qué hacer dos a la vez pudiendo hacer uno tranquilamente sin estresarse. Y sin embargo nadie pierde la paciencia, todos aguardan tranquilamente.
Hoy vuelvo de nuevo, y volveré a ver soldados y coches blindados. Pediré comida "rápida" y en unos instantes sabré que estoy en Bélgica otra vez. Y sin embargo me sigue pareciendo un país encantador.
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